miércoles, 8 de diciembre de 2010

CULTURA Y COMUNICACIÓN


Según la RAE la cultura es “un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” La cultura es la trama, la urdimbre,  la argamasa de una sociedad. Es un ser  vivo que se adapta a los tiempos y a los hombres. Recoge sus necesidades e intenta completar sus vidas, cargarlas de significado. Y es a través  de la comunicación que la cultura alcanza a todos los elementos de un grupo social.  Cultura y comunicación van de la mano. No se pueden entender por separado.

Actualmente, el concepto cultura se une estrechamente al término “negocio”. En la sociedad capitalista los productos culturales son juzgados con óptica mercantil. “Tanto vendes, tanto vales”.  La cultura se relaciona con producciones estandarizadas que anteponen el éxito económico a la calidad. Pero hay esperanza, están surgiendo movimientos de rechazo ante esta situación. Uno de estos movimientos es el Foro Social Mundial de Porto Alegre (2001) que se basa en la proclamación de que “otro mundo es posible”.  Es posible un nuevo orden mundial que  apueste por una nueva sociedad, por una nueva  cultura. La cultura del creador autónomo, de expresiones alternativas que tengan espacios de difusión.

Y en este contexto, la figura del periodista cultural cobra su mayor significado. Una figura que reúne un poco de artesano y algo de asalariado. Un profesional que, como señala Tomás Eloy Martínez, tiene un “compromiso con la palabra a tiempo completo, a vida completa…”. Un trabajador  con vocación de servicio a la comunidad.  En él la cultura y la comunicación convergen. Se alían para hacer llegar al público la realidad cultural. En palabras de J.B. Rivera “Históricamente el grueso de los integrantes del vastísimo universo del periodismo cultural está integrado por intelectuales y artistas orientados vocacional o formativamente hacia esa esfera”. Estos profesionales tienen que enfrentarse con las exigencias de los medios y conjugar sus intereses con el mercantilismo de las grandes empresas. Se acercan a las expresiones artísticas desde la comprensión y el conocimiento y nos descubren sus entresijos. Y son ellos los que tienen que apostar por una nueva cultura.

Una  nueva cultura que  está encontrando otras  vías de difusión. En la red se multiplican las páginas que difunden contenidos específicos. Es un camino abierto a expresiones artísticas marginales,  que no hallan  cabida en los medios tradicionales. Nuevas tecnologías que se abren a un universo alternativo. Otro  ejemplo de la simbiosis entre cultura y comunicación. Ejemplo de la necesidad de conjugar ambos conceptos de la mano de profesionales que afronten el reto de transformar los contenidos  de  una  industria cultural  que sólo ofrece   productos de mercado.

En la nueva sociedad  que defiende el Foro de Porto Alegre la cultura debe recuperar su espacio.  Resistirse al mercantilismo. Porque, como explica Vidal-Beneyto,  “la resistencia cultural es el único medio de supervivencia de la cultura”


Eloína Calvete García

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