Autor: MARIO VARGAS LLOSA
Lugar y fecha de publicación: Madrid, 2010
Editorial Santillana Ediciones Generales, S.L.
África, República Independiente del Congo, 1903. Roger Casement, irlandés y cónsul británico, inicia un viaje que cambiará su vida y su forma de pensar. Gran admirador del aventurero galés Stanley y lleno de idealismo se adentrará en la realidad de un continente dominado por las principales potencias coloniales de la época “El viaje que por fin emprendía duró tres meses y diez días. Roger pensaría después que ese periodo cambió su manera de ser y se convirtió en otro hombre, más lúcido y realista de lo que había sido antes, sobre el Congo, el África, los seres humanos, el colonialismo, Irlanda y la vida” (pág. 80-81)
Las compañías extractoras de caucho y las fuerzas del rey belga Leopoldo II tienen el control de recursos y nativos del Congo. Casement, enviado por el gobierno británico, debe verificar qué hay de verdad en las denuncias que se hacen desde ciertos sectores de la sociedad sobre el cruel comportamiento de capataces y colonos con los habitantes del país. Comienza la andadura convencido de la malicia de los rumores y lo termina redactando un Informe sobre el Congo que abrirá los ojos de la opinión pública europea y obligará a gobiernos y ciudadanos a cuestionarse la supuesta labor “civilizadora” que se ejerce en el continente negro. Por su parte, Roger Casement, defensor del espíritu colonialista, comienza a poner en duda el derecho de determinadas potencias a establecer su dominio sobre otros países “…había descubierto la gran mentira que era el colonialismo y había empezado a sentirse “un irlandés”, es decir, ciudadano de un país ocupado y explotado por un Imperio que había desangrado y desalmado a Irlanda” (pág. 119- 120)
Y profundiza en la historia de Irlanda. Descubre su propio país, sus costumbres y sus tradiciones ancestrales. Se siente herido por un Imperio Británico que le colma de honores y nace en él un espíritu nacionalista en constante lucha contra los abusos de las grandes naciones. Es enviado a Brasil en una nueva misión y otra vez se topa con la avaricia y la crueldad de aquellos que pretenden esquilmar las riquezas de la Amazonía y no dudan en someter a sus habitantes a los más duros trabajos y castigos. La Peruvian Amazon Company es la compañía peruana que extrae el caucho en la zona, pero cuenta con una importante participación de capital británico “el Libro Azul sobre el Putumayo salió publicado en julio de 1912. Desde el primer día produjo una conmoción que, teniendo a Londres como centro, avanzó en ondas concéntricas por toda Europa, los Estados Unidos y muchas otras partes del mundo, sobre todo Colombia, Brasil y Perú”(pág. 324)
Cumplida su tarea, Roger Casement dedica sus esfuerzos a conseguir la liberación de Irlanda. Busca apoyos influyentes y entra en contacto secreto con políticos alemanes. Piensa que su país necesita la ayuda de una gran potencia para hacer frente al poder británico. Pero es descubierto y encarcelado. Ya no es un héroe humanitario, es un traidor a la “patria” inglesa. Además de homosexual y pederasta, según unos escritos aparecidos oportunamente, los Diarios Negros, que se le atribuyen al propio Casement. Fue condenado a morir en la horca en 1916. Sus restos mortales fueron devueltos a Irlanda en 1965. Recibidos con honores militares, reposan en el cementerio de Glasnevin. “La sinuosa campaña lanzada por la inteligencia británica para desprestigiarlo, utilizando fragmentos de sus diarios secretos, tuvo éxito. Ni siquiera ahora se disipa del todo: una aureola sombría de homosexualismo y pedofilia acompañó su imagen a lo largo de todo el siglo XX” (pág. 448)
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Mario Vargas Llosa recupera la figura del irlandés Roger Casement en su novela “El sueño del Celta”. Sorprende descubrir la importante tarea que llevó a cabo y el desconocimiento general que existe sobre él. Quizás los prejuicios sobre su orientación sexual y su supuesta traición al gobierno inglés han pesado más que el reconocimiento a su labor de denuncia. A principios del siglo XX abrió los ojos del mundo a la realidad del colonialismo, lo desnudó de su aureola cultural y religiosa, describió con todas las palabras su verdadero significado: la explotación del hombre por el hombre motivada por intereses económicos. Y despertó algunas conciencias, además de la suya, pero “ni en el Congo ni en la Amazonía ha quedado rastro de quien tanto hizo por denunciar los grandes crímenes que se cometieron en esas tierras en los tiempos del caucho (pág. 450).
Eloína Calvete García
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